19 febrero 2015

CARTA DE LA PRESIDENTA DE LA COFRADIA

Carta de la presidenta de la cofradía. (publicada en la revista de la Junta de cofradías año 2.015)





Queridos hermanos cofrades y paisanos:

Ante todo, un saludo muy cordial.

Atrás quedaron los eventos realizados por la cofradía durante todo el año de 2013-2014, con motivo de la celebración de nuestro 15º aniversario de la fundación de la cofradía. Quiero agradecer públicamente en nombre de la cofradía y en el mío propio, la colaboración y participación de todos, en los distintos eventos y actividades. Ha sido un año de grandes vivencias y fuertes acontecimientos.

Nos acercamos a este tiempo tan particular que los cristianos recordamos año tras año: Cuaresma y Semana Santa. La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de Pascua. Es tiempo de conversión. Para arrepentirnos de nuestros pecados y cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir mas cerca de Cristo.

Nuestro gran reto: manifestar un testimonio puro y verdadero No solo somos cofrades de una noche, de un instante, de un momento, somos cofrades todo el año, en el trabajo, en casa, en familia, conn los amigos, vecinos... tenemos una gran responsabilidad: transmitir el Evangelio.

Precisamente nuestro Papa Francisco nos dice: "que la alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús" y eso es lo que queremos nosotros, encontrarnos con Jesús.

Con la imposición de la ceniza, se nos pide un cambio, una conversión sincera y profunda. Experimentar el poder y la gracia de Dios. Tenemos que estar atentos para descubrir y recibir los signos de la Gracia. Vamos a vivir un tiempo de acogida. Un tiempo de escuchar, guardar, de orar, tiempo de caridad para compartir, para acompañar para servir... Tiempo para conocer más a nuestro Señor y encontrarnos con Él.

A lo largo de nuestro camino, encontraremos personas heridas y excluidas, despojadas y oprimidas, no pasemos de largo, curemos esas heridas, enjuguemos una lágrima, acompañemos en la soledad, acerquémonos a nuestros hermanos. Hagámoslo por el amor de Nuestro Señor y que sea Él quien nos 
mueva.

Aunque nuestro paso particular es Yacente, aprovechemos el tiempo cuaresmal para celebrar conn alegría la Resurrección del Señor.

Un abrazo en Cristo.

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